Asma

Alrededor de 17 millones de personas en los Estados Unidos tienen asma. El asma ocurre cuando las vías respiratorias en los pulmones (bronquios) se inflaman y se contraen. Los signos y síntomas de asma incluyen dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos o un silbido al exhalar.

Los síntomas pueden variar desde sibilancias leves hasta ataques de asma potencialmente mortales. Entre episodios puede sentirse normal, con poca o ninguna dificultad para respirar. En otras ocasiones, puede haber tos y sibilancias todo el tiempo, especialmente de noche.

El asma puede desencadenarse por una reacción a los alérgenos, incluidos el polen, los ácaros del polvo, la caspa de animales y / o el moho. Los irritantes como el humo o el aire frío, el ejercicio, el estrés o los episodios infecciosos también pueden provocar asma.

El asma no puede curarse, pero sus síntomas pueden controlarse. El manejo comienza con evitar los desencadenantes del asma. Es posible que necesite tomar medicamentos de control a largo plazo diariamente para prevenir los brotes de asma y medicamentos de “rescate” a corto plazo para controlar los síntomas cuando se desarrollen. La inflamación de las vías respiratorias puede persistir, aunque pueda sentirse libre de síntomas.

El médico alergista puede identificar sus desencadenantes de asma alérgicos y no alérgicos. El médico puede controlar su asma con pruebas de respiración simples, que pueden guiar la terapia para ayudar a mejorar la función pulmonar. Al preparar un plan de tratamiento efectivo que sea apropiado para usted, sus síntomas de asma pueden minimizarse mejorando su calidad de vida y su bienestar general.

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